«La gente, en general, debe aprender a vivir con el dolor. Los neuróticos, en cambio, debemos aprender a sobrellevar la felicidad.»
Eliana Dukesky. 15 aforismos de Eliana Dukelsky. https://www.zendalibros.com/15-aforismos-de-eliana-dukelsky/
«La gente, en general, debe aprender a vivir con el dolor. Los neuróticos, en cambio, debemos aprender a sobrellevar la felicidad.»
Eliana Dukesky. 15 aforismos de Eliana Dukelsky. https://www.zendalibros.com/15-aforismos-de-eliana-dukelsky/
El positivismo había lanzado el mito al cajón de la falsedad y de la especulación. Sin embargo, el mito tiene su propia riqueza y credibilidad, por lo que debe ser una tarea propiamente filosófica hacer justicia a esta dimensión de lo mítico y de lo ritual. Se trata, en definitiva, de comprender la palabra, el lenguaje, en toda su complejidad, de manera que los artículos de Gadamer acaban siendo un serio intento por tratar el fenómeno mítico sin abandonar el logos: si es cierto, como sostiene nuestro filósofo, que no hay cultura sin horizonte mítico, es necesario situar al mito en la época de la ciencia, porque sin el mito resulta imposible comprender la complejidad del mundo contemporáneo.
La deshumanización de las ciencias sociales contemporáneas y su creciente tendencia a transformarse en mera tecnología de la manipulación parecen estar en relación directa con el olvido de sus orígenes utópicos y con el rechazo del principio de esperanza.
Ángel Palerm. Historia de la etnología 2. Los evolucionistas. Comte. EDITORIAL ALHAMBRA MEXICANA, S.A. México, 1982.
Hoy en día se oye a menudo criticar a las democracias liberales de Europa occidental y de Norteamérica, reprochando su contribución al deterioro de la memoria, al reinado del olvido. Arrojados a un consumo cada vez más rápido de información, nos inclinaríamos a prescindir de esta de manera no menos acelerada; separados de nuestras tradiciones, embrutecidos por las exigencias de una sociedad del ocio, y desprovistos de curiosidad espiritual así como de familiaridad con las grandes obras del pasado, estaríamos condenados a festejar alegremente el olvido y a contentarnos con los vanos placeres del instante. En tal caso, la me moria estaría amenazada, ya no por la supresión de información, sino por su sobreabudancia. Por tanto, con menor brutalidad pero más eficacia --en vez de fortalecerse nuestra resistencia, seríamos meros agentes que contribuyen a acrecentar el olvido--, los Estados democráticos conducirían a la población al mismo destino que los regímenes totalitarios, es decir, al reino de la barbarie.
Tzvetan Todorov. Los abusos de la memoria. Paidós. Barcelona, 2008.