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lunes, 27 de octubre de 2008

Fascinación por las palabras

«Quien no sienta fascinación por las palabras, quien no se sienta atraído por las enrevesadas relaciones que tejen, sorprendido por su perspicacia, intrigado por sus metáforas ya casi irreconocibles, quien no perciba que internarse en las complejidades del lenguaje es hacer espeleología íntima, pasar de los ecos que oímos a la voz que gritó en la espelunca originaria, no debe leer este libro».

José Antonio Marina, Marisa López Penas. Diccionario de los sentimientos. Anagrama. Barcelona, 1999.

domingo, 19 de octubre de 2008

Grandes relatos

«El científico se interroga sobre la validez de los enunciados narrativos y constata que éstos enunciados nunca están sometidos a la argumentación y a la prueba. Los clasifica en otra mentalidad: salvaje, primitiva, subdesarrollada, atrasada, alienada, formada por opiniones, costumbres, autoridad, prejuicios, ignorancias, ideologías. Los relatos son fábulas, mitos, leyendas, buenas para las mujeres y los niños. En el mejor de los casos, se intentará hacer que una luz penetre en ese oscurantismo, civilizar, educar, desarrollar».

Jean-François Lyotard. La condición postmoderna. Cátedra. Madrid, 2004.

jueves, 2 de octubre de 2008

Marea negra

«Y ya pueden las notas oficiales y oficiosas decir lo que quieran, que la verdad es que la pobre Galicia está sufriendo, en una parte de su mar, una gran catátrofe sin precedentes. Se lo decía hace muy pocos días a las gentes del mar: ahora deben saber que hay un monstruo, una enorme bestia imprevisible, que se llama el petroleo, que viaja constantemente hacia nuestras costas, y que hay que exigir que, desde que aparece ante ellas, sea dominado como Dios domina a Leviatán. (En Los mitos de los hebreos de Graves, Dios ataca al insolente Leviatán a patadas. ¡Si era necesario!) No se puede dejar entrar en una bahía gallega a un petrolero de cien mil toneladas como él quiera, sino como queramos nosotros, bien escoltado a babor y a estribor, a hora de marea, y que vomite, como el perro del Gran Turco, en el pozo que le está destinado. Ahora padece Galicia la irresponsabilidad de la bestia petrolera. Y durane largo tiempo el mar que lavaba al gallego, las olas y la espuma, no existirá. Y no existirán los peces ni el marisco. ¿Y de dónde saldrá el pan nuestro de cada día?».

Álvaro Cunqueiro. Fábulas y leyendas de la mar. La vecindad del océano. Tusquets. Barcelona, 2003.