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domingo, 20 de diciembre de 2009

Los perezosos

«No tienen éstos de muerte esperanza,
y su vida obcecada es tan rastrera,
que envidiosos están de cualquier suerte.
Ya no tiene memoria el mundo de ellos,
compasión y justicia les desdeña;
de ellos no hablemos, sino mira y pasa".»

Dante Alighieri. La Divina Comedia. El Infierno. Canto III, 45-51.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Bestias

«Entre dos grandes bestias, no sé cuál más feroz, Naturaleza e Historia, se agolpa, despavorida, la progenie humana».

Rafael Sánchez Ferlosio. Vendrán más años malos y nos harán más ciegos. Destino. Barcelona, 1994.

miércoles, 14 de octubre de 2009

El miedo

«En Amalfi, al terminar la zona costanera, hay un malecón que entra en el mar y la noche. Se oye ladrar a un perro más allá de la última farola».

Julio Cortázar. Historias de Cronopios y de famas. Manual de Instrucciones. Instrucciones-ejemplos sobre la forma de tener miedo. Punto de Lectura, S.L. Madrid, 2007.

jueves, 8 de octubre de 2009

La fidelidad

«Frente a ella, apacentando su hambre reposada, estaba el viejo Jacob, un hombre que la quería tanto y desde hacía tanto tiempo, que ya no podía concebir ningún sufrimiento que no tuviera origen en su mujer».

Gabriel García Márquez. La increible y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada. Siete cuentos. El mar del tiempo perdido (1961). Editorial Bruguera. Barcelona, 1985.

lunes, 24 de agosto de 2009

Los cuentos

«He pensado lo siguiente: para que el suceso más trivial se convierta en aventura, es necesario y suficiente contarlo. Esto es lo que engaña a la gente; el hombre es siempre un narrador de historias; vive rodeado de sus historias y de las ajenas, ve a través de ellas todo lo que sucede, y trata de vivir su vida como si la contara».

Jean-Paul Sartre. La náusea. Editoral Losada. Oviedo, 2003.

sábado, 1 de agosto de 2009

La persona

«...para ser una persona, primero es necesario haber sido tratado como tal, habiendo recibido un nombre propio, habiendo sido introducido en una red lingüística, habiendo sido dotado de derechos antes de poder asumir obligaciones o deberes. No es forzosamente la muerte lo que destruye a la persona, sino también el abandono si nada viene a sustituir la falta de los padres, la ausencia de lenguaje y de todo amor. El ser que yo soy, capaz de reconocerse a sí mismo y de responder de sus actos ante otro, idem et ipse, antes lo he recibido de otro, por el amor y el lenguaje. Proponer semejamte definición operatoria de la persona a partir de la relación dialógica es insistir sobre unas características que me parecen decisivas, siendo el habla la condición y el medio vital de la reciprocidad entre los hombres».

Jacqueline Lagrée. El médico, el enfermo y el filósofo. La esfera de los libros. Madrid, 2005.

lunes, 8 de junio de 2009

El minimalismo

Me gustaría habitar el minimalismo. Ser simple para no sucumbir. Refugiarme en mí mismo. Tener el íntimo convencimiento de que no existe nadie con mis mismas ideas, ni tan siquiera parecidas. Entonces me replegaría en el silencio, en el no molestar, en el no intervenir, en el no sobresalir, en el no perturbar. Intentaría no persuadir, ni colonizar, ni oprimir. Me refugiaría en la certeza de no encontrar nadie afín, en el individualismo sereno. Renunciaría a la queja, inútil por definición. En fin, haría apología de la pequeñez. Y si alguien se varase en mis bajíos, le recogería y le daría la bienvenida despacito, casi sin moverme. Le acogería cayado y esperaría tranquilo a la amistad, o tal vez al amor.

Liberalia. Cuando llega la noche. Liberalia.

jueves, 28 de mayo de 2009

El viento de la tarde

Al atardecer un viento seco barrió mi ciudad.
No acabó de llover,
no llovió ni para llorar.
Deseé la lluvia como si nunca antes hubiera llorado,
pero mi deseo no se cumplió.
Ya es de noche y un viento seco sigue barriendo mi corazón.

Liberalia. Cuando llega la noche. Liberalia.

El fin de la tiranía de la materia

«Pero la era de los entes-máquinas pasó rápidamente. En su incesante experimentación, habían aprendido a almacenar el conocimiento en la estructura del propio espacio, y a conservar sus pensamientos para la etermidad en heladas celosías de luz. Podían convertirse en criaturas de radiación, libres al fin de la tiranía de la materia».

Arthur C. Clarke. 2001 Una Odisea Espacial. Barcelona. Plaza & Janes, 1983.

miércoles, 6 de mayo de 2009

El olvido

«Dulce vino de olvido en tu vaso tenías,
y yo vi claro que por más que te hablara no me oirías».

Chicho Sánchez Ferlosio. Cantado por Amancio Prada en su álbum Dulce vino de olvido. Fonomusic, 1987.

domingo, 22 de marzo de 2009

El amor deseado

«Le inunda un sentimiento de paz: por primera vez en su vida la sexualidad se sitúa más allá de todo peligro, más allá de conflictos y dramas, más allá de toda persecución, más allá de toda culpabilidad, más allá de las preocupaciones; no tiene que ocuparse de nada, el amor se ocupa de él, el amor que siempre ha deseado y nunca ha tenido: amor-reposo; amor-olvido; amor-deserción; amor-despreocupación; amor-insignificancia».

Milan Kundera. La ignorancia. Tusquets. Barcelona, 2003.

domingo, 15 de marzo de 2009

La belleza

«Me pongo a pintarte y no lo consigo
después de estudiarte lentamente termino pensando
que faltan sobre mi paleta
colores intensos que reflejen tu rara belleza».

R García. Sólo pienso en tí. Canción interpretada por Miguel Bosé. Warner Music Netherland, S.A. 1988.

martes, 24 de febrero de 2009

El hombre

«Ante todo, el hombre no puede verse reducido a su aspecto técnico de homo faber, ni a su aspecto racionalístico de homo sapiens. Hay que ver en él también el mito, la fiesta, la danza, el canto, el éxtasis, el amor, la muerte, la desmesura, la guerra... No deben despreciarse la afectividad, el desorden, la neurosis, la aleatoriedad. El auténtico hombre se halla en la dialéctica sapiens-demens».

Edgar Morín. El paradigma perdido: el pasado olvidado. Ensayo de bioantropología. Barcelona. Kairós, 1974.

La medicina

«Si la medicina es un sacerdocio, o así se quiere, pensaba Kurt, es porque siempre infringe el territorio del sexo: el cuerpo, la desnudez, la palpación, los humores, los accesos --"Abra la boca" es siempre el comienzo del acto médico--, los abscesos. Exije, por eso, una impostura de casta, que ejerce el privilegio al precio de estar exenta de emociones. La indiscreción en el confesor y la erección en el ejercicio médico no tienen perdón, pensó».

Kurt K. Kurt. Tusquets. Barcelona, 1998.

Ecología

«Le pedí que me citase un pez cuya pérdida hubiera afectado al ecosistema en su totalidad incluido el hombre. Mencionó el Henochilus wheatlandii, un frugívoro que vivió en los ríos del Brasil y se extinguió hacia 1880."Pero, ¿qué efectos causó su desaparición sobre los humanos?", insistí. Vari meneó la cabeza. Yo buscaba una respuesta fácil, una conexión directa entre la desaparición de una especie y el perjuicio causado a los humanos. Pero la realidad no es tan simple."Desconocemos aún las consecuencias de estas extinciones -declaró-. Es como desmontar los ladrillos de una pared; puedes seguir haciéndolo hasta que de pronto se derrumba"».

Joel L. Swerdlow. El sentido del milenio. Biodiversidad. National Geographic. España. 1998; 2 (1):8.

lunes, 26 de enero de 2009

El amor

«Yo había saltado desde el borde del acantilado y justo cuando estaba a punto de dar contra el fondo, ocurrió un hecho extraordinario: me enteré de que había gente que me quería. Que le quieran a uno de ese modo lo cambia todo. No disminuye el terror de la caída, pero te da una nueva perspectiva de lo que significa ese terror. Yo había saltado desde el borde y entonces, en el último instante, algo me cogió en el aire. Ese algo es lo que defino como amor. Es la única cosa que puede detener la caída de un hombre, la única cosa lo bastante poderosa como para invalidar las leyes de la gravedad».

Paul Auster. El palacio de la luna. Anagrama. Barcelona, 2002.