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lunes, 29 de febrero de 2016

La burguesía

«¿El crimen de esta nueva clase? Haber recreado el destino para el que la Revolución prometía libertad, igualdad y movilidad. Colectivamente, restaurando una sociedad de castas a través de las desigualdades sociales, e individualmente, forjando un nuevo tipo humano dócil y modesto, idéntico en todas partes. A pesar de sus valores progresistas la burguesía resulta ser la clase fatal por excelencia. Mucho más que la aristocracia. La burguesía da origen a un modelo antropológico desconocido: el hombre tipificado, fabricado en serie, el nuevo sujeto colectivo que se dedica a las mismas tareas, comparte los mismos deseos y piensa de la misma manera. Para describir a las multitudes que veía multiplicarse en la Rusia de su época, Gogol (*) inventó el término maravilloso de "morralla", seres "que podríamos llamar cenicientos, porque sus ropas, su rostro, su pelo y sus ojos tienen un aspecto turbio y gris como esos días imprecisos, ni tormentosos ni soleados, en los que los contornos de las cosas se difuminan en la bruma". Esta especie domesticada en que cada individuo es la réplica de los demás, un animal de compañía que ha renunciado a todos sus impulsos y todas las pasiones en beneficio de su seguridad y de una felicidad de andar por casa».

Pascal Bruckner. La euforia perpetua. Sobre el deber se ser feliz. Ensayo Tusquets. Barcelona, 2008.
(*) El autor cita a Nikolái Gógol, Journal d'un fou [Diario de un loco]. Folio. Gallimard, prólogo de Georges Nivat, págs. 20 y 21.