«Si la medicina es un sacerdocio, o así se quiere, pensaba Kurt, es porque siempre infringe el territorio del sexo: el cuerpo, la desnudez, la palpación, los humores, los accesos --"Abra la boca" es siempre el comienzo del acto médico--, los abscesos. Exije, por eso, una impostura de casta, que ejerce el privilegio al precio de estar exenta de emociones. La indiscreción en el confesor y la erección en el ejercicio médico no tienen perdón, pensó».
Kurt K. Kurt. Tusquets. Barcelona, 1998.
EL CASO DE LOS INSECTOS ZOMBIES
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Artículo acerca de la modificación conductual que ciertos parásitos y
hongos inducen en sus animales hospedadores, poniendo su sistema nervioso a
expensas ...
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