«Esa
noche había en el aire un olor a tiempo. Thomas sonrió. La idea era
divertida. ¿Qué olor tenía el tiempo? El olor del polvo, los relojes, la
gente. ¿Y qué sonido tenía el tiempo? Un sonido de agua en una cueva y
unas voces que lloraban y una voz muy triste, y unas gotas sucias que
caen sobre tapas de cajas vacías, y un sonido de lluvia. Y aún más, ¿a
qué se parecía el tiempo? El tiempo se parecía
a la nieve que cae calladamente en una habitación negra, a una película
muda en un viejo cine, a cien millones de rostros que descienden como
globos de Año Nuevo, bajando y bajando hacia la nada. Así era cómo olía
el tiempo, cómo sonaba y qué parecía. Y esa noche (y Thomas sacó una
mano al viento fuera de la camioneta), esa noche casi se podía tocar el
tiempo».
Ray Bradbury. Crónicas marcianas. Minotauro.
Cita enviada por Paula Alonso Poza. Gracias.
EL CASO DE LOS INSECTOS ZOMBIES
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Artículo acerca de la modificación conductual que ciertos parásitos y
hongos inducen en sus animales hospedadores, poniendo su sistema nervioso a
expensas ...
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